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Bilbao en un fin de semana (de excesos)

Bilbao en un fin de semana (de excesos)Puntuación 75%Puntuación 75%

Viajar solo a Bilbao: Misión cumplida CON AMIGOS

Estamos en 2020 y ya nada es normal. Que mejor momento para hacer un viaje al estilo «Desmadre a la Americana« con otros dos amigos. Obviamente todos curtidos en mil batallas y con muchos años de cancha, como diría un mítico entrenador de fútbol argentino.

El Puente del Pilar es el paréntesis perfecto para aprovechar el alto el fuego covitoso que nos brindan las respetables autoridades sanitarias españolas para movernos por el territorio ibérico y poder desbarrar un poco.

Y la verdad es que las expectativas se cumplieron con holgura ya que tal como está la situación no teníamos ninguna expectativa. Comimos como gorrinos, nos enfiestamos un poco, pasamos la resaca en museos y paseamos como abuelos por bonitas zonas vizcainas. ¡Todo a pedir de boca Patxi!

estacion antigua bilbao

Bilbao sin lluvia no es Bilbao

BILBAO, ESE OSCURO objeto de DESEO

Reservé previamente hostal y los museos del Guggenheim y del Athletic. Por la conclusión que saqué leyendo en alguno de esos blogs de turistas no era necesario mucho más. Al regresar me quedé con ganas de haber dado una vuelta por el museo Naval, pero eso lo dejaremos para otra escapada. ¡Todo no se puede! 

Bilbao. Una ciudad que siempre ha estado ahí en mi imaginario personal y que nunca había tenido la fortuna de pisar. Para mi Bilbao es la ciudad española industrial por excelencia, de los chistes de «bilbainadas», de la ría llena de mugre, del Athletic, de los pintxos, del punk-rock, de los abogados de Deusto, del «Pico 1″ y más recientemente, del Guggenheim.

El Guggenheim mola. Y es un buen refugio para cuando llueve.

UNA CIUDAD CON SABOR

Tiene un tamaño ideal. El que me gusta a mí para una ciudad. No es una ciudad pequeña como Cuenca, pero tampoco es super extensa como Madrid. Y tiene una arquitectura, fachadas y avenidas que dan testimonio de la actual y pasada prosperidad bilbaína.

olafur elliasson sala

No es Jesucristo: soy yo. Sin filtros.

Es una de esas ciudades temáticas tan disfrutonas: tienen un río (ría), miradores, montes, casco viejo, desniveles y barrios pintorescos. Eso le da un encanto propio y singular. Además tiene ese aura de ciudad que en su momento vivía volcada a la industria. Uno se imagina la ría llena de hornos, barcazas y grúas en pleno centro de la ciudad y se acojona un poco. En los 70 debería parecer algo similar a una película de «Mad Max«. Buen lugar para huir.

Hacer una rueda de prensa de resaca no mola

Pero Bilbao ya no es lo que era. Igual que en Turín, hubo una limpieza de imagen, pasando de ser ciudades tipo Gotham-Batman-industriales a ciudades de servicios.

Cuando pasamos por la ría me transporté mentalmente a tiempos pretéritos, influenciado por el «cine quinqui«, y tuve una visión bilbaína costumbrista nada romántica: decenas de jóvenes bajando a los embarcaderos de la ría para trapichear y meterse un buco de caballo. Una imagen nada entrañable de unos tiempos duros y nada añorados por la gente del lugar. Supongo.

 

Qué bonito debió ser el Bilbao de los años 80 lleno de yonkis en los muelles

 NADA DE ESTO FUE UN ERROR

No empezamos con buen pie nuestra estancia en la capital vizcaína. De hecho, todo parecía indicar que podía ser la típica escapada desastre (covid, movida solo llegar, lluvia etc.). 

En nuestro primer asalto, exprimimos la tarde-noche bilbaína dentro de los limites pandémicos y volvimos en condiciones nada recomendables al hostal. Uno de mis amigos (ocultaremos su nombre) subió a gatas la primera planta hasta la misma puerta de nuestra guarida vasca. Otro llegó acompañado de una señorita…y el quilombo estuvo servido.

Cortita y al pie: una alarma de humos estuvo sonando en nuestra habitación, y en todo el hostal, durante unas cuantas horas sin nosotros darnos cuenta…tan profundo era nuestro sueño. ¡Y eso que la jodida sonaba igual de fuerte que la sirena de Alcatraz!

La dueña nos había llamado miles de veces a mi teléfono porque los demás inquilinos le habrían dicho de todo menos guapa, al no poder conciliar el sueño igual de bien que nosotros… La pobre no sabía que nos habíamos bebido y comido Bilbao previamente a caer muertos en nuestros camastros.

Temimos por nuestra estancia en el hostal a partir del momento que vimos la dueña al día siguiente, pero al final, y después de decirnos de qué mal teníamos que morir, parece ser que los ánimos se enfriaron, o al menos pudimos seguir entrando al cuarto el resto de días.

En nuestro favor decir, que no fue nuestra culpa el tema de la dichosa alarma (ninguno de los tres amiguetes fumamos ya) a pesar que la propietaria lo creyera firmemente y equivocadamente, ya que confundió la fragancia natural con la que impregnamos nuestro camarote con el del tabaco.

Getxo es conocido por el puente colgante, Las Arenas y el Getxo Sound

Todavía en estado de shock por la disputa sonora, y con un clavo en la cabeza considerable, allá que nos fuimos de ruta cultural, de museos y arquitectura local. Qué tranquilidad fue pasear por Bilbao sin hordas de turistas (no todo es malo en los tiempos del Covid) y qué bonita han dejado la zona de la ría. Me llevo de ahí unos paseos muy  agradables y también por los bonitos miradores de Bilbao. También recuerdo entrañablemente alguna charla o ¿flirteo? con unas octogenarias en un conocido puente del centro.

El Monte Artxanda: El Montjüic bilbaino Patxi.

Mención aparte la zona de las Arenas de Getxo, en la parada de metro de Areeta. Viajar solo a Bilbao por conocer este enclave, ya merece la pena. Me gustó mucho ver el famoso Puente Colgante y sobre todo pasear por toda la zona del paseo marítimo de Getxo con esas casas señoriales de principios de siglo de Neguri. Sobrio y con un toque melancólico, al estilo del muelle de Newark de Los Soprano. Un lugar que te transporta a una época. ¿Una época mejor?.

arroz chipirones getxo

Arroz de Chipirones en Getxo. Manjarazo papá.

Mis impresiones bilbainas:

  •  El «casticismo» de sus bares: Puede parecer una contradicción, pero si uno sale de potes advierte enseguida los grandes vínculos nocturnos con Madrid y otros lares de la geografía hispánica. No en vano, Bilbao, como el 70% de los municipios vizcaínos son de fundación Castellana.
  • Aeropuerto express: 11 minutos cronometrados desde el Aeropuerto al Hotel y viceversa, en taxi (27). ¿Está construido en el centro de la ciudad?
  • Hojarasca «cultural»: Al hilo del casticismo, uno cuando va a Bilbao espera ir a un planeta diferente por el tema de la cultura euskalduna y las reivindicaciones políticas vascas tan arraigadas (algunas nada pacíficas en un pasado no muy lejano). Nada más lejos de la realidad. Lo que si que es evidente cuando das una vuelta por Bilbao es la clara hojarasca cultural intencionada, al mismo estilo pujoliano, de la que está impregnada la ciudad. De una forma impostada, en mi opinión. Cada uno que saque sus conclusiones.
  • ¿Telmo Zarra?: Cuando uno visita la Catedral y su museo espera ver la figura de Telmo Zarra  (el goleador histórico del Athletic y uno de los mejores jugadores vascos y de España de siempre) de una forma mucho más protagónica durante el tour por el estadio o museo. ¿Tiene que ver con lo de la «hojarasca»? 
  • Buenos precios. Pese a ser un municipio con una renta alta, salir de paseo, comer y beber como un gorrino no es excesivamente caro.
  • Gente amable y dispuesta a perder tiempo con turistas impresentables (como nosotros).
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#onirico

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Olafur Eliasson toma alguna cosa que debe pegar fuerte.

IMPRESCINDIBLE PARA TU VIAJE

Un chubasquero o/y un paraguas debe ser lo primero que metas en tu equipaje para ir a Bilbao. Intenta no llegar muy borracho al hotel cuando vuelvas de pintxos: no está bien visto seguir cantando como si siguieras de potes.

¿qué hacer?

Tomate un café en la Plaza de Unamuno, potea por el casco viejo, pasea por la ría, vete a las Arenas de Getxo…y resguárdate los días que llueva en el Guggenheim, en el museo del Athletic Club o en cualquier otro museo bilbaino. 

¿dónde hacer fotos?

Dispones de muchas perspectivas: puentes, miradores y lugares añejos como la Plaza Nueva. Indispensable: desde el monte Artxanda tendrás todo Bilbao a los pies de tu smartphone.        Foto Alternativa

¿dónde COMER?

Se come de puta madre en general en cualquier barrio. Ahora bien, el casco viejo para ir de pintxos y para un chuletón consulta internet. Te recomiendo el Río Oja para comer de cazuelitas y también este bar de Menú de Getxo. ¡Dios bendiga los excesos culinarios!

¿dónde fiestear?

El taxista (los taxistas lo saben todo) nos aconsejó ir a la calle Ledesma. Y claro, acertó. Buen ambiente, tardeo y viejóvenes. No pudimos catar por el puto COVID el mítico Antzokia y otro garito también recomendados por el peseto. Censura a parte, muy recomendable la noche bilbaina 😉

¿dónde dormir?

 Te recomiendo el 7 Kale Bed & Breakfast. En pleno casco viejo. Sin ruidos. Muy limpio, completo y acogedor. Fácil para recogerte en taxi y al lado de bares, restaurantes… y un ultramarinos oldschool . ¡Para comprar garrafas de agua y comida basura en casos de emergencia biogenética!

Puente Colgante Getxo

Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla: somos ratas de Bizkaia cantaban los honrados Eskorbuto…

Veredicto Final

75%

Resumen ¡Un sitio ideal para pasar dos días de cultura, paseos domingueros y excesos!

Repetir mismo plan
90%
Precios
75%
Comida popular
85%
Clima
50%
Sitios fotogénicos
80%
Historias censuradas
75%

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